Días buenos, días malos, días en los que no quiero saber de nada, otros en los que me encuentro reflexiva y conectada al momento y de pronto llega la desesperación, la angustia, la ansiedad, la incertidumbre.
Veo como puedo pasar de una emoción a otra, me observo y a pesar de todo encuentro una gran oportunidad en el momento.
El poder verme fuera de la prisa diaria, de mis actividades y obligaciones.
Estos momentos me han obligado a parar y poder verme como soy realmente, ¿Qué hay alrededor de mi?, la gente que quiero, la tierra, los animales y me descubro empática ante todo y todos.
Siento la certeza de que nuestra madre tierra necesita este momento para respirar, y nosotros también. Respirar en nuestra ecsencia, una pausa para reinventarnos y conectarnos con lo real.
Me gusta ver todo esto que está pasando como una oportunidad, así en medio del caos y el encierro nacerá una nueva estrella, una nueva oportunidad.
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Bárbara